El Patrimonio Histórico Español (PHE) es el principal testigo de la contribución histórica de los españoles a la civilización universal y de su capacidad creativa contemporánea. La protección y el enriquecimiento de los bienes que lo integran constituyen obligaciones fundamentales que vinculan a todos los poderes públicos, según el mandato que a los mismos dirige el artículo 46 de la norma constitucional .
El Grupo de Investigación policial para la protección del Patrimonio Histórico Español, se reconoce como tal, por Real Decreto 111/86 de 10 de Enero que desarrolla parcialmente la ley de Patrimonio Histórico , adscrito a la Comisaría General de Policía Judicial del Cuerpo Nacional de Policía y que actúa en colaboración directa con el Ministerio de Cultura y con los órganos de las Comunidades Autónomas con competencia en esta materia.
Integran el PHE los inmuebles y objetos muebles de interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o técnico. También forman parte del mismo, el patrimonio documental y bibliográfico, los yacimientos y zonas arqueológicas, así como los sitios naturales, jardines y parques, que tengan valor artístico, histórico o antropológico . Los bienes culturales protegidos inscritos en el Registro General de Bienes de Interés Cultural y del Inventario General de Bienes Muebles se gestionan en las bases de datos de Bienes Muebles y Bienes Inmuebles (monumentos, jardines, conjuntos y sitios históricos y zonas arqueológicas).
La exportación de cualesquiera de los bienes que integran el Patrimonio Cultural debe solicitarse autorización expresa ante la Comunidad Autónoma correspondiente o el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Por otro lado, la introducción o importación en el territorio español de bienes de valor cultural, incluidos aquellos que tengan como origen los países de la Unión Europea, se deberá declarar su inclusión o declararse ante la Comunidad Autónoma o ante el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte solicitud de declaración de importación .
MODALIDADES DELICTIVAS
Existen muy diferentes formas de comercializar los efectos sustraídos de valor cultural y las actuaciones policiales que con carácter genérico se establecen para la investigación de estos delitos. Así, los principales delitos relacionados con el PHE son:
Los robos
Gran parte de nuestro patrimonio histórico se encuentre en centros religiosos, la mayor parte de ellos situados en ámbitos rurales y carentes de todo tipo de medidas de seguridad, razón por la cual constituye ser un objeto predilecto de determinadas organizaciones criminales. El robo con fuerza en las cosas constituye la forma más habitual de apoderarse de bienes pertenecientes al patrimonio histórico, atendiendo a la ubicación general de las obras que componen el mismo (bienes en poder de la iglesia, museos, particulares, etc.).
Los hurtos
Esta es una modalidad típica de los centros bibliográficos que adolecen de suficientes medidas de seguridad para recibir la afluencia masiva de usuarios. El procedimiento más utilizado en esta modalidad es el “descuido” que se comete no solo en los fondos bibliográficos sino en museos, tiendas de “souvenirs”, antigüedades y templos religiosos.
Los daños
Los daños al patrimonio histórico español son muy frecuentes y al igual que en el caso de los hurtos son difíciles de determinar sobre todo si se cometen en áreas rurales con escasa o nula protección (ermitas, iglesias, zonas arqueológicas, etc.).
Las estafas y falsificaciones
Todo tipo de obra de arte o antigüedad es susceptible de ser falsificada con la finalidad de ser colocadas en el mercado con la intención de defraudar al comprador o a sus intermediarios. Dentro de este campo, las falsificaciones y estafas más comunes se suelen dar en las obras pictóricas, empleándose todo tipo de técnicas. Así se manipula la firma del autor borrando la auténtica y colocando otra falsa o simplemente se añade una firma que en el original no existía; se reproducen obras originales como litografías y se envejecen con técnicas sofisticadas que se acompañan con certificaciones falsas o se utilizan a peritos que certifican fraudulentamente su autenticidad.
En muchos casos aparecen implicados marchantes de obras de arte extranjeros que actúan como intermediarios entre los falsificadores y terceros compradores de buena fe.
Los expolios artísticos
Este es uno de los delitos más frecuentes contra el PHE y que constituye un grave problema de detección por estar ubicados en espacios rurales y sin protección de vigilancia. Por otro lado, existen, otras que aún no han sido identificadas por las autoridades de Cultura su expolio es clandestino.
Estos delitos se suelen ejecutar por delincuentes profesionales que descubren yacimientos arqueológicos no catalogados por las autoridades y dañan éstos para evitar resultar perjudicados si se da cuenta de su hallazgo (agricultores, constructores, etc.).
Contrabando de obras de arte
La exportación de bienes que integren el PHE, sin la autorización de la Administración del Estado, cuando ésta sea necesaria, puede ser constitutiva de delito de contrabando si el valor de estos bienes sea superior a 50.000 euros . Esta figura delictiva puede presentar dos modalidades diferenciadas: por un lado la exportación clandestina de bienes culturales de procedencia delictiva (principalmente de sustracciones de todo tipo) y por el otro la exportación clandestina de este tipo de bienes de propiedad o procedencia lícita.
Los países receptores en principio de este tipo de objetos son aquellos considerados como la “Europa rica”, aunque de forma excepcional se constata la posibilidad de que alguna obra relevante se vaya a los Estados Unidos de América.
BRIGADA DE INVESTIGACIÓN DEL PATRIMONIO HISTÓRICO
La Brigada de Investigación del Patrimonio Histórico de la Policía Nacional inicia su actividad en el año 1977 bajo la denominación de Grupo de Obras de Arte, aunque hasta 1996 no elevó su rango orgánico al de Brigada, encuadrada dentro del ámbito de la Comisaría General de Policía Judicial, Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV Central).
Su función principal se centra en la persecución de todas aquellas agresiones que atenten al patrimonio histórico, artístico y cultural, tanto de titularidad pública como privada, acaecidos en cualquier ámbito geográfico del territorio nacional, (obras de arte, esculturas, pinturas, elementos arquitectónicos, yacimientos arqueológicos terrestres, yacimientos arqueológicos subacuáticos), ya sea desde el punto de vista penal como administrativo. Por extensión y reciprocidad, también colabora dentro del ámbito transnacional en la protección de los bienes culturales de otros países que hayan sido objeto de actividades delictivas.
Para cumplir con su función el Cuerpo Nacional de Policía se precisa que todas las unidades policiales periféricas se coordinan con esta brigada especializada a través de los responsables y delegados de Patrimonio Histórico con sede en las Jefaturas Superiores de Policía distribuidas en todo el territorio nacional.
En 1992 se creó la Oficina de Enlace, cuyas dependencias se encuentran situadas en el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte . Esta Oficina de enlace recibe la información relativa a agresiones contra el Patrimonio Histórico que tiene conocimiento el Ministerio de Cultura y la canaliza hacia esta Brigada Especializada del Cuerpo Nacional de Policía.
Con el fin de dar respuesta a cuantas incidencias relacionadas con el Patrimonio Histórico puedan surgir, y a través de los Delegados y Responsables de Patrimonio Histórico se da respuesta a todos los requerimientos, sin perjuicio de las investigaciones que inician de oficio que son debidamente dirigidas y coordinadas por la Brigada de Investigación de Patrimonio Histórico constituyéndose aquéllos enlaces permanente con esta unidad altamente especializadas.