Como todos los investigadores policiales saben uno de los aspectos más importantes que deben tenerse presente en la inspección de la escena de un crimen consiste en la cuidadosa recogida y conservación de los indicios que se observan en el lugar donde se ha cometido este.Esta precaución se debe adoptar desde la llegada de los primeros funcionarios de policía que llegan al lugar comisionados o requeridos por el hecho que deberán preservar la escena a fin de evitar cualquier alteración posterior.
Los especialistas de Policía Científica y Judicial que intervengan después deberán estar informados de los posibles indicios hallados en el lugar de los hechos y que pueden contribuir a esclarecer los hechos y la posible autoría del crimen.
Estos especialistas de Policía Científica abordarán los procedimientos que debe aplicar en dicho lugar con la finalidad de realizar la oportuna inspección ocular técnico policial que consistirá en la recogida de indicios, conservación de los mismos mediante la oportuna cadena de custodia, y su traslado posterior a los laboratorios especializados para la emisión de los correspondientes informes periciales.
En todas las inspecciones policiales especializadas relacionadas con la investigación de delitos graves, como puede ser el homicidio, y aquellos otros de carácter violento en cuya investigación aparezcan fluidos corporales, como sucede en los delitos contra la libertad sexual, asaltos, robos con allanamiento de morada, etc., los especialistas emplearán los kits necesarios para procesar las pruebas de ADN, además de aquellas otras técnicas ya clásicas consistentes en la recogida de vestigios lofoscópicos y balísticos, entre otros, garantizándose en todos los casos su ejecución con las garantías necesarias que impida su contaminación.
Como también se sabe, todas las pruebas biológicas están sujetas a deterioro por lo que su recogida y almacenamiento debe ser cuidadosos y se debe garantizar la protección de las pruebas, con miras a obtener una información útil a partir de su análisis.
La mayor parte de las técnicas de análisis de ADN son sólidas, pero la suciedad, la grasa, algunos tintes de tejidos y otras sustancias pueden hacer peligrar el proceso de análisis. Además, todo el personal presente en el lugar del delito deberá llevar ropa de protección, redecilla, guantes, calzas de papel y mascarilla. Todo ello, teniéndose en cuenta de la facilidad con la que se contamina el ADN, el primer funcionario policial debería consignar meticulosamente la identidad y las acciones de las personas que han estado en el lugar del delito y de cualquier otra persona que pudiera haber supuesto un potencial riesgo de contaminación posterior al incidente.
Sin embargo, cada lugar del delito es diferente, y se pueden hallar muchos tipos de pruebas biológicas que se pueden transferir al cuerpo o a la ropa de una persona, o bien directamente a un objeto o al lugar del delito.
Las muestras biológicas líquidas, una vez depositadas se convierten en manchas y se adhieren a la superficie o al sustrato. Las pruebas biológicas sólidas, como los tejidos corporales, los huesos y el cabello, también pueden transferirse por depósito o contacto directo.
A los laboratorios forenses llegan continuamente cientos de variedades de pruebas físicas recogidas de la escena del crimen por lo que resulta de mucho interés al investigador conocer los elementos de prueba que pueden aparecer, su posible ubicación del ADN en el mismo y cuál sería la fuente de ADN válida para su procesamiento en Laboratorio.
Exponemos a continuación el siguiente cuadro obtenido del Manual de Interpol sobre el intercambio y la utilización de datos relativos al ADN. Recomendaciones del Grupo de Expertos en ADN de Interpol.
Este cuadro comprende materiales biológicos a partir de los cuales se ha aislado y analizado con éxito el ADN:
Fuente: www.interpol.int
Reblogueó esto en S.P.I.A. Investigations Agency in Romania.