Recientemente se ha publicado por un equipo de investigadores del Ministerio de Interior y expertos de varias universidades españolas, un interesante Informe sobre el homicidio en España que se centra en el estudio detallado preferentemente en el periodo 2010-2015 que arrojó una tasa de 0,66 homicidio por 100.000 habitantes estudio que se obtuvo después de estudiar los datos obrantes en los balances de criminalidad del Ministerio de Interior, Eurostat y el Instituto Nacional de Estadística comparándolo con otras fuentes solventes como Europol, UNODC e Interpol. No obstante con la finalidad de obtener toda la información detallada de los homicidios, se han analizado todos los consumados entre los años 2010 y 2012 (incluidos) que ascendió a 1.150 y se analizó con todo detalle una muestra de 632 casos esclarecidos ocurridos en demarcaciones de la Policía Nacional y Guardia Civil.
Siguiendo la tipología de las Naciones Unidas, el mayor volumen de casos (el 78%) se agrupa en motivaciones interpersonales, quedando con un 18% de hechos son cometidos con ocasión de ejercer el autor otras actividades criminales, principalmente el robo, siendo el promedio mensual el de 18 homicidios.
Respecto a las armas empleadas en los homicidios, se encontró que en la mayoría de los hechos (41,10%) se emplearon armas blancas, seguidas de las de fuego (16,30%), repartiéndose el resto entre diferentes modalidades. Se ha podido establecer que en un 36,28% de los casos el arma fue de oportunidad, y en un 21,93% fue portada (se llevaba en el momento de la comisión).
En lo que se refiere a modus operandi, se pudo establecer que en 81 casos (9,30%) el autor llevó a cabo alguna acción que permitía asegurar la comisión del homicidio; en 26 (2,99%) se identificaron acciones encaminadas a ocultar la identidad de los autores; y en 12 (1,38%) alguna acción que facilitaba la huida del autor.
De las 661 víctimas mortales contabilizadas en este estudio, 406 eran hombres (61,42%) y 254 mujeres (38,43%) en donde se aprecian grandes diferencias debidas al género: mueren más hombres por discusiones / reyertas y por violencia doméstica que mujeres; mientras que el principal tipo de muerte de mujeres es la violencia de género (a cargo de quien es o fue su compañero sentimental; LO 1/04). En todos los homicidios relacionados con actividades criminales mueren más hombres que mujeres, excepto en los casos de prostitución.
Las víctimas más frecuentes son los conocidos o vecinos (27,47%), seguidas de las parejas o exparejas (17,70%), y de los familiares (13,79%). Tanto los hombres como las mujeres suelen matar más a hombres que a mujeres. Cuando los hombres matan a mujeres, la mitad son o fueron sus parejas (en el 54,3% de los casos). En proporción, a los familiares los matan más las mujeres (lo son un 32,6% de sus víctimas) que los hombres (11,56%).
La mujer como víctima de homicidio.
El 38,5% de las víctimas de homicidio en España son mujeres, un colectivo que requiere de un análisis pormenorizado en las que el 85,9% de las víctimas mortales lo fueron en homicidios de tipo interpersonal (autor conocido, principalmente su pareja o expareja) 22,4%), lo que determina que sea el ámbito doméstico / familiar el de más incidencia mortal en España para las mujeres.
Respecto a los autores de los homicidios de mujeres en España, 232 fueron hombres (el 91%) y 23 mujeres.
El autor de homicidio en España
De los 871 autores de homicidios contabilizados en este estudio, 778 eran hombres (89,32%) y 93 mujeres (10,68%) observándose que el 69,11% de los autores han perpetrado homicidios de tipo interpersonal, fundamentalmente en el contexto de discusiones y reyertas, y en el ámbito familiar, especialmente los relacionados con la violencia de género. Es en el ámbito familiar en donde aparece la mujer homicida con mayor relevancia, al registrarse aquí un tercio de detenidas.
De entre los medios utilizados por los presuntos responsables, destacan las armas blancas, que claramente se imponen sobre el resto. Agrupando bajo un mismo epígrafe las distintas armas (blancas y de fuego), llegan a conformar un escenario donde se han utilizado en dos de cada tres hechos. Al haber más homicidas de sexo masculino, claramente resaltan en todas las categorías, si bien, en medios asfixiantes, aunque con valores más bajos que los hombres, las mujeres rompen la tónica del promedio habitual del resto de categorías.
La mujer homicida
En relación al arma homicida empleada por las mujeres, los estudios realizados apuntan en una dirección: si bien existen notables diferencias en los países en función de la cultura de uso de armas, en términos generales parece que los hombres usan armas de fuego con mayor frecuencia que las mujeres en la comisión de homicidios (Pizarro y cols., 2010), y que las mujeres usan con mayor frecuencia armas cortopunzantes (Carach y Grabosky, 1997; Chimbos, 1993; Goetting, 1988; Jurik y Winn, 1990; Kellermann y Merci, 1992; Wilbanks, 1983). En Finlandia, Häkkänen-Nyholm y colsl. (2009), indican que si bien las armas cortopunzantes son las más empleadas en ambos sexos, los hombres usan más armas de fuego que las mujeres. Trägardh y cols. (2016) concluyen que los hombres homicidas emplean las armas de fuego u objetos contundentes, mientras que ellas utilizan armas cortopunzantes o asfixia (cuando las víctimas son menores).
Resultados de la muestra española
Se encontraron diferencias significativas en cuanto a la tipología delictiva, en el sentido de que las mujeres tienden a cometer más homicidios de tipo interpersonal (el 80,6%, frente al 67,7% de los hombres), mientras que los hombres lo hacen más en el marco de las actividades criminales (el 28,4% vs. 18,3% de las mujeres). Al profundizar en la modalidad delictiva, se encontró que, exceptuando la violencia de género, la mujer mataba con más frecuencia que el hombre en el ámbito doméstico o familiar.
Al estudiar la relación entre el o la homicida y su víctima, clasificándolos simplemente en función de si existía relación (conocidos, familiares y parejas sentimentales) o no (extraños), se encontró que 557 (77,36%) de los varones homicidas tenían relación con sus víctimas frente a los 163 (22,64%) que no, en tanto que 84 (92,31%) de las mujeres tenían relación y 7 (7,69%) no. Lo cual resultó en una asociación estadísticamente significativa entre el sexo del autor y la relación con su víctima, en el sentido de que las mujeres mataban a más conocidos.
La última de las características criminales estudiada ha sido el arma utilizada o método de violencia. Resultó una asociación estadísticamente significativa entre el sexo del autor y el medio utilizado debida a que los hombres utilizan las armas de fuego más que las mujeres (18,1% vs 9,3%, respectivamente), y a que las mujeres recurren más a los medios asfixiantes (17,4% vs. 3,9%), sin observarse diferencias en el resto de categorías, utilizando por igual los hombres y las mujeres tanto las armas blancas como los objetos contundentes y su fuerza o cuerpo.
Del estudio anterior, realizado con toda rigurosidad sobre una muestra muy significativa de homicidios perpetrados en España en el periodo analizado, se puede concluir que refleja la realidad criminológica del homicidio en España lo que aleja de la visión actual el panorama que en determinados círculos se traslada basado más en la descripción de determinados casos muy mediáticos que causaron gran repercusión en las páginas de sucesos en nuestro país y que han sido muy bien descritos por criminólogas expertas en áreas científicas en farmacia y medicina, como lo ha hecho Marisol Donis que describe en su libro Envenenadoras los casos más sangrientos de mujeres que emplearon este medio para asesinar aunque este método no sea el más empleado por ellas.
Como ha quedado descrito en el estudio realizado, la mujer asesina no destaca en este modus operandi especialmente ya que cometen sus crímenes con métodos muy parecidos que los asesinos hombres destacando tan solo sobre ellos en el empleo de medios asfixiantes. Olvidemos, por lo tanto, teorías fantásticas generalizadoras, que sin fundamento científico algún autor construye, asignándole una imagen distorsionada a la mujer asesina como titular de cualidades únicas propias de ser planificadora, fría, inteligente y exenta en el empleo de la fuerza física sobre sus víctimas y considerándola casi siempre como autora mediata de crímenes horrendos que ejecutan los hombres que mantiene bajo su control psicológico. Esta teoría, podrá vender historias o libros poco documentados en casos reales que reproducen sucesos lejanos que no reflejan el perfil de la mujer homicida en España, pero claro, vende más aquel perfil que el real. Seamos serios y traslademos a la sociedad la realidad de esta terrible lacra.
Gracias a los investigadores, científicos y expertos profesionales al presentarnos este innovador informe del homicidio en España.