Desde hace unos años se ha detectado en Europa y en América, la aparición de organizaciones criminales chinas que explotan a ciudadanos de su misma nacionalidad en actividades relacionadas con actividades laborales vinculadas a diferentes sectores comerciales y de hostelería.
A los responsables de estas organizaciones criminales se les conoce como “cabezas de serpiente” (Snakehead). Estos individuos participan de forma activa en la captación de los ciudadanos chinos en sus lugares de origen, deciden las rutas a emplear para transitar, controles y requisitos para franquear las fronteras con garantía hasta llegar al destino con objeto de ser explotados laboral o sexualmente.
Se tratan de estructuras criminales jerarquizadas en las que rige el código del silencio lo que unido al hecho de emplear diferentes dialectos del chino dificulta su esclarecimiento.
Se distribuyen por diferentes países y las integran numerosos miembros que se reparten sus funciones que se ejecutan siguiendo criterios jerárquicos.
Debido a que estos delincuentes deben participar activamente en todo el proceso, deben emplear identidades falsas ya que pueden ser detectados por la Policía de los países por los que transitan sus víctimas empleándose, recientemente, a ciudadanos orientales que no precisen visado para poder entrar en la Unión Europea.
Una de las características de estas organizaciones criminales reside en el hecho de que suelen captar a sus víctimas a distancia desde las ciudades de destino por lo que no precisan establecer estructura criminal en las regiones de origen. Una vez captadas las víctimas, se les sufragan los gastos que, al igual que en otras organizaciones criminales, deberán devolver con intereses posteriormente en los lugares de explotación conociéndose como la “servidumbre por deudas”.
Pero ¿cuáles son los países preferidos por estas organizaciones criminales que se lucran de la explotación laboral y sexual de sus víctimas? Pues tradicionalmente, suelen ser países de origen anglosajón constituyendo España país de tránsito hacia el Reino Unido o Estados Unidos y Canadá.
Las víctimas una vez en destino, son alojadas en los conocidos «pisos-patera» que son controlados por ciudadanos chinos en viviendas alquiladas a nombre de terceras personas, en la mayoría de las ocasiones ajenas a la organización desconocedoras de las actividades criminales que se desarrollan.
¿Cuáles son las regiones de China de donde proceden estos ciudadanos? Habitualmente proceden de las provincias chinas de Fujian, Zhejiang y Guangdong, comprobándose que en la actualidad se ha ampliado a otras zonas de China.
La explotación laboral se emplea en actividades relacionadas con la restauración, industria textil, comercios, construcción y pequeños bazares chinos.
La explotación sexual se realiza en domicilios particulares o en pequeños prostíbulos, donde suelen ser explotados cinco o seis mujeres adonde acuden normalmente hombres de la misma nacionalidad ofreciendo sus servicios a través de anuncios en folletos, de boca a boca o por Internet. También se ejerce la explotación sexual en determinados salones de belleza y peluquerías regentados por chinas donde se concierta esta actividad que se conoce como “final feliz”.
Esta actividad de explotación comporta cierta complejidad en la investigación por varias razones, en primer lugar porque se realiza en ámbitos muy cerrados, se dirige solo a clientes chinos y las víctimas son muy reacias a denunciar los hechos porque la mayoría conocen la actividad que van a desarrollar y por lo tanto no muestra interés en colaborar en su esclarecimiento. Además se da la circunstancia de que, una vez pagada la deuda generada a la organización por su traslado al destino, suelen repartirse los beneficios con los responsables del negocio a medias.
Los lugares donde se ejerce la prostitución son controlados por ciudadanas chinas que se encargan de recepcionar las llamadas, organizar el funcionamiento de los servicios sexuales ofertados, controlar a las chicas explotadas y recaudar los ingresos generados por la organización que establece precios homogéneos en todos los lugares donde la practican.
Últimamente se han efectuado importantes operaciones policiales contra estas redes de explotación laboral y sexual a pesar de la escasa recepción de denuncias de sus víctimas.
No obstante, gracias a la colaboración institucional de diferentes ministerios como el de Asuntos Exteriores y Cooperación, Administraciones Públicas, las misiones diplomáticas en el exterior, el Ministerio de Trabajo y otros organismos, en unión de la colaboración policial internacional, ha permitido concluir importantes operaciones policiales desarrolladas por el Cuerpo Nacional de Policía, en concreto por la Comisaría General de Extranjería y Fronteras.
Destaca también el desarrollo de investigaciones patrimoniales centradas en el esclarecimiento de las estructuras financieras y de blanqueo de capitales que utilizan estas redes que se destacan por la escasa inversión de activos en España prefiriendo la evasión de las ganancias ilícitas a su país de origen.
Las investigaciones financieras desarrolladas por unidades policiales especializadas en la persecución de estos ilícitos, auxiliadas por la Unidad de Inteligencia Financiera española (SEPBLAC) han permitido identificar el tráfico de estos circuitos monetarios.