Tráfico de seres humanos. Métodos habituales de blanqueo

Siguiendo con el estudio del GAFI mencionado debemos destacar los principales métodos empleados por las organizaciones criminales que se dedican al tráfico de seres humanos. Habitualmente lavan sus ganancias a través de terceros y dependiendo del nivel de sofisticación de las redes, según este informe, se utilizan varios métodos de lavado de dinero para colocar, estratificar e integrar el dinero en la economía legítima.

Los migrantes pagan a los traficantes sobre todo en efectivo y también depositando en cuentas bancarias a nombre de terceras personas físicas que retiran después en pequeñas cantidades. El producto de estos delitos se suele invertir por las organizaciones en bienes inmuebles, bienes de gran valor y negocios legales tanto en los países de origen como en los de destino. Además, en algunos casos, los traficantes evitan depositar sus ganancias en cuentas bancarias  y, en cambio, las utilizan para financiar sus gastos de subsistencia, así como la compra de artículos de lujo, o incluso, en algunos casos, para mantener el hábito de las drogas o para gastarlas en el juego.

Dado que esta actividad delictiva constituye un delito transnacional, y sus autores necesitan transferir fondos a su país de origen o a otro país el método más  común para transferir fondos (a menudo en efectivo) generados por el tráfico de migrantes de una jurisdicción a otra es el uso de la hawala, lo que dificulta enormemente a las UIF y a las autoridades policiales la realización de análisis e investigaciones financieras[1] El sistema hawala opera dentro de pequeños  mercados, bazares, tiendas de teléfonos móviles y/o dispositivos electrónicos y agencias de viajes propiedad de miembros de  los grupos delictivos organizados. También se utilizan restaurantes para el funcionamiento del sistema hawala que son administrados por los propios traficantes u otros miembros de las organizaciones delictivas que, en su mayoría, tienen la misma nacionalidad que los migrantes.

Método de blanqueo a través de contrabando de efectivo y hawala

El pago por el tráfico organizado de personas se debe garantizar antes de que realice el viaje. Para ello, el migrante o sus familiares acuden a las oficinas de hawala (conocido como hawaladar)  en el país de origen de los migrantes o en los países donde comienza la ruta de tráfico.  La función de estas oficinas es recibir el pago para los traficantes y mantener los fondos en calidad de fiduciarios. El desembolso a los contrabandistas sólo tiene lugar una vez que el contrabando ha concluido con éxito. En varios casos se ha podido comprobar que los traficantes subieron vídeos a varias plataformas de redes sociales para demostrar que el migrante había llegado al destino previsto. El hawaladar receptor de los fondos depositados por los migrantes los entrega al traficante pudiéndose transferir también a través de llamadas telefónicas o proporcionando códigos.

Otros métodos utilizados para transferir fondos consisten en el transporte físico de fondos a través de mensajeros o mulas de dinero, ya sea por tierra (por ejemplo, ocultos en piezas de vehículos) o por aire, el uso de agencias de cambio o transferencia de dinero regulados o de tarjetas de prepago. Las pruebas demuestran que los traficantes adaptan los métodos con los que llevan las ganancias a su país de origen en función de las distintas normativas existentes en él.

Y ¿cómo se perfecciona el proceso de blanqueo posterior?

Las ganancias se integran en última instancia en los sistemas financieros mediante diversas técnicas. Una técnica que parece ser común es el lavado de dinero basado en el comercio. Los traficantes de migrantes utilizan negocios legales como el comercio minorista (por ejemplo, tiendas de alimentación, de comestibles, de ferretería), el comercio al por mayor, los concesionarios de automóviles, los servicios de intermediación financiera, los locales de comida (restaurantes, comedores, etc.), las agencias de viajes, los servicios de telefonía, los establecimientos de Internet y/o los cibercafés, las empresas de transporte y también mediante inversiones inmobiliarias que les permite ocultar el origen ilícito. Todas estas estructuras les sirven para aparentar con su actividad dar apariencia lícita a los fondos que se integran.

También utilizan testaferros y terceros, principalmente familiares, para dirigir o trabajar en estos negocios. Además, las estructuras empresariales legales, como los servicios de banquetes, los hoteles, las empresas de transporte, las tiendas, las peluquerías, los cibercafés y las agencias de viajes, también se utilizan para facilitar la migración irregular. Estas empresas pueden utilizarse a lo largo de las rutas para apoyar las actividades de facilitación de las redes (por ejemplo, proporcionando apoyo logístico),  además de permitirles lavar el producto de las actividades ilícitas.

Otros métodos para lavar el producto del tráfico de migrantes incluyen el “smurfing”, en el que se deposita un gran número de pequeñas cantidades en cuentas bancarias para evitar sospechas.

Del resultado de los estudios realizados en este informe se ha demostrado que las redes delictivas dedicadas al tráfico de migrantes parecen estar subcontratando cada vez más sus actividades de lavado de dinero y recurriendo a redes profesionales de lavado. Estas redes suelen estar implicadas en una serie de ámbitos delictivos como el tráfico de drogas,  las estafas y el fraude fiscal, pero también pueden incluir otras formas de tráfico y contrabando (por ejemplo, la trata de personas, el tráfico de armas de fuego y el contrabando de tabaco y alcohol.

[1] El término Hawala se asocia tradicionalmente a un mecanismo de transferencia de dinero que funcionaba ampliamente en el sur de Asia hace muchos siglos y tenía fuertes vínculos a lo largo de las rutas comerciales tradicionales de Oriente Medio y partes de África Oriental. Funcionaba como un sistema cerrado dentro de corredores vinculados por la familia, la tribu o la etnia. Según la experiencia de los distintos países, los proveedores de servicios hawala y otros similares prestan servicios tanto legítimos como ilegítimos. Son proveedores de servicios de transferencia de dinero que son legales en ciertos países si están registrados o tienen licencia y son ilegales en otros. En otros países, los proveedores de servicios de hawala sólo se mencionan en el contexto de los servicios de transferencia de dinero clandestinos o delictivos.