Blanqueo de dinero del fentanilo y tramadol

Recientemente se ha publicado por el Grupo de Acción Financiera (GAFI) el Informe sobre el lavado de dinero procedente del tráfico de fentanilo y otros opioides sintéticos  y que por su relevancia e interés a los expertos en materia de prevención del blanqueo de capitales comentamos.

Como se conoce, la producción y el tráfico de opioides sintéticos por parte de la delincuencia  organizada genera ingresos por un valor de decenas de miles de millones de  dólares al año[1], mientras que las sobredosis causan decenas de miles de muertes  cada año[2]. Eliminar los beneficios del tráfico de opioides sintéticos es una de las formas más eficaces de hacer frente a una delincuencia transnacional creciente y a problemas críticos de salud pública en varios países. Lamentablemente, las investigaciones y los procesos judiciales por lavado de dinero procedente del tráfico de opioides sintéticos siguen siendo escasos, a pesar del asombroso número de sobredosis mortales y otros incidentes de salud pública relacionados con los opioides sintéticos en todo el mundo. Según estimaciones internacionales, los gobiernos sólo incautan una pequeña parte de los fondos provenientes del lavado de dinero, y, de todos los delitos generadores de ingresos, las autoridades recuperan menos del 1% del producto del delito.[3]En muchos casos, las autoridades persiguen los delitos relacionados con las drogas sin poder llevar a cabo una investigación financiera paralela, a menudo por falta de priorización, falta de recursos o por carecer de autoridad legal.

Según el Informe Mundial sobre las Drogas 2022 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, existen dos epidemias de consumo de opioides con fines no médicos: una causada por el fentanilo fabricado ilícitamente en América del Norte y, la segunda, por el tramadol[4] en África septentrional y occidental, Medio Oriente y Asia  sudoccidental.

Aunque en la actualidad dichas epidemias se circunscriben a  determinadas zonas geográficas, la mayoría de los países, si no es que todos, con  mercados maduros para el consumo de opioides, podrían encontrarse en una  situación vulnerable ante la introducción de opioides sintéticos en determinadas circunstancias. Mientras tanto, los grupos de delincuencia organizada que tradicionalmente traficaban con drogas han incorporado el comercio de opioides sintéticos ilícitos a su venta más amplia de estupefacientes y explotan los sistemas financieros de países que no participan directamente en la cadena de suministro para lavar las ganancias procedentes de estas operaciones.

Los opioides sintéticos, incluido el fentanilo y sus análogos, forman parte de una categoría de drogas que, debido a su potencia, son altamente factibles de provocar trastornos por su consumo. Otros opioides, como el tramadol, son menos potentes y tienen menos probabilidades de ser mortales, pero su prevalencia e impacto están muy extendidos, y su venta y consumo ilícitos están ocasionando problemas generalizados en muchos países, sobre todo en los  países en desarrollo.

El tráfico de fentanilo es más frecuente en América del Norte. Estas sustancias circulan en el mercado ilícito, en ocasiones, como sustitutos menos costosos de la heroína y, cada vez más y de forma alarmante, como adulterantes de otros estupefacientes. Aunque sólo representan el 3% del peso total de las incautaciones mundiales de opioides farmacéuticos constituyendo el fentanilo y sus análogos los responsables de la mayor parte de muertes por sobredosis en esta categoría. Estas drogas representan particularmente un desafío en lo que respecta a sobredosis debido a su alto nivel de potencia (son hasta 50 veces más potentes que la heroína y 100 veces más potentes que la morfina). Una mayor potencia también implica menores cantidades por “dosis”, lo que hace que la droga sea más fácil de comercializar y más difícil de incautar por las autoridades.

Las organizaciones criminales venden también fentanilo como  ingrediente de medicamentos falsos. Los traficantes prensan el fentanilo para fabricar comprimidos con dosis muy variables en entornos no controlados. Como resultado, muchos comprimidos contienen dosis letales de fentanilo. Los consumidores de drogas falsas en forma de comprimidos a menudo no son conscientes de que las están consumiendo. El fentanilo es probablemente responsable de cientos de miles de sobredosis al año, muchas de ellas mortales.

En América del Norte, los grupos de delincuencia organizada con base en México actualmente controlan el suministro de fentanilo al mercado de drogas estadounidense. Entre ellos se encuentran grupos bien establecidos como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). En varios casos,  grupos delictivos regionales y locales de Estados Unidos han mezclado fentanilo con heroína para maximizar la rentabilidad. Un porcentaje significativo de las  drogas incautadas en Estados Unidos es fentanilo combinado con heroína,  aunque las autoridades también han incautado fentanilo mezclado con cocaína y  metanfetaminas[5].

El fentanilo circula bajo las mismas cadenas de suministro de otras drogas,  incluidos otros opioides y drogas sintéticas (sobre todo metanfetaminas). Los grupos de delincuencia organizada son responsables del suministro de drogas en diversas regiones. Sin embargo, los patrones de la cadena de suministro pueden cambiar rápidamente. Las organizaciones criminales divididas por regiones trabajan activamente por ampliar su participación en nuevos mercados.

Flujos financieros y etapas del lavado de dinero

La mayor parte de las ganancias generadas por el tráfico de opioides sintéticos se concentran en el país de consumo, donde los grupos criminales se benefician de la venta local de opioides como el fentanilo o el tramadol. A medida que los fondos se desplazan hacia estos grupos delictivos que gestionan los envíos a mayor escala, las ganancias y los bienes pueden desvincularse y las ganancias pueden transferirse a través de esquemas de lavado de dinero más complejos. Para estas organizaciones criminales los principales gastos implican el contrabando y la compra de opioides o precursores, así como la síntesis de los propios opioides sintéticos, incluida la adquisición de herramientas y equipos de fabricación, y de mano de obra especializada para llevar a cabo la síntesis (por ejemplo, químicos). En este proceso pueden intervenir tanto países como empresas intermediarias, los cuales sirven como vehículo para introducir los productos precursores de contrabando.

En cuanto a las fases del lavado de dinero, la colocación suele realizarse dentro del país consumidor. La estratificación y la integración a menudo se llevan a cabo mediante el contrabando de grandes sumas de dinero en efectivo, a través de empresas fachada, servicios de transferencia de dinero (incluyendo los servicios hawala[6] o esquemas de lavado de dinero basado en el comercio internacional, o mediante acuerdos de corresponsalía bancaria (incluyendo las transferencias financieras relacionadas con el comercio). Los diversos métodos de estratificación y posterior integración indican que no existe un “modelo de negocio único“, y las organizaciones delictivas recurren a una amplia gama de sistemas de lavado de dinero.

Los grupos de delincuencia organizada utilizan redes profesionales de lavado de dinero para “blanquear” el producto de sus actividades ilícitas mediante la ocultación de la naturaleza, fuente, ubicación, propiedad, el control origen y/o el destino de los fondos ilícitos a fin de evitar su detección. Los blanqueadores profesionales no suelen diferenciar entre narcotraficantes, defraudadores, traficantes de seres humanos o cualquier otro delincuente con necesidad de transferir u ocultar ganancias ilícitas. Se dedican al lavado de dinero sofisticado y a gran escala en nombre de cárteles de la droga y organizaciones tradicionales de delincuencia organizada. Aunque las redes profesionales de lavado de dinero pueden incluir economistas, banqueros o abogados, la inteligencia financiera actual sugiere que a menudo son propietarios o socios de empresas comerciales o de servicios de transferencias de dinero, o de diversas empresas comerciales legítimas que utilizan como fachada.

Metodología de blanqueo de dinero en la cadena de suministro de opioides sintéticos

Al igual que otras formas de narcotráfico, la venta ilícita de opioides sintéticos es un delito que involucra el uso intensivo de dinero. Los grupos delictivos mueven el producto y los instrumentos del delito utilizando herramientas y técnicas similares a las de otras formas de narcotráfico. Dado que el fentanilo es relativamente barato de producir, fácil de transportar y muy potente, les proporciona grandes márgenes de ganancias, con bajos costos de insumos.

En el caso de tráfico de tramadol las autoridades de Burkina Faso han realizado varias investigaciones en donde se ha acreditado el empleo de dinero en efectivo que introducen directamente en la economía utilizando frecuentemente a otros miembros de la familia como titulares de cuentas nominativas y propiedades mobiliarias e inmobiliarias. De igual manera suelen utilizarse empresas fachada y empresas fantasma, sobre todo para las importaciones internacionales de tramadol.

Los ingresos ilícitos obtenidos en efectivo se blanquean utilizando esquemas de lavado de dinero basado en operaciones mercantiles, transferencias bancarias especialmente desde y entre empresas fachada, mensajeros de efectivo e intermediarios financieros. También utilizan sitios de vendedores de la dark web para comercializar sus productos y recibir pagos a través de activos virtuales como las criptomonedas que proporcionan privacidad y anonimato. Las comunicaciones para coordinar actividades y pagos suelen realizarse a través de canales cifrados e incluyen aplicaciones móviles.

Las redes delictivas sofisticadas multinacionales que desean canalizar  ganancias ilícitas han recurrido a organizaciones asiáticas de lavado de dinero[7], un tipo de red profesional de lavado de dinero que coordina las transferencias de valores, a menudo utilizando métodos que no requieren que el dinero se mueva a través de las fronteras internacionales (por ejemplo, las “transferencias espejo”, hawala, y otros servicios no autorizados de transferencia de valor de dinero frecuentemente facilitados mediante comunicaciones cifradas con contactos en múltiples jurisdicciones).

Las organizaciones asiáticas de lavado de dinero trabajan en conjunto con banqueros clandestinos en Asia Oriental para facilitar la evasión de los controles de divisas en ciertos países, al tiempo que blanquean el producto de la delincuencia nacional. Estas organizaciones explotan esta demanda para lavar dinero en nombre de sus clientes criminales, al tiempo que facilitan la fuga de capitales y reciben comisiones por parte de los clientes en ambos extremos de la transacción (lo que ayuda a explicar por qué estos lavadores de dinero pueden ofrecer sus servicios a tarifas tan bajas).

Muchas jurisdicciones también reportaron el uso de plataformas de pago digitales por parte de los implicados en el tráfico de opioides sintéticos ilícitos. Algunas de estas plataformas son grandes empresas sofisticadas que prestan servicios a sitios web de comercio electrónico a escala mundial. Otras son plataformas de pago utilizadas ampliamente por países o regiones. En todos los casos, la ubicuidad de la plataforma de pago ayuda a ocultar el papel de los grupos de delincuencia organizada en la adquisición ilícita de precursores o en la venta de drogas terminadas.

Caso de blanqueo de dinero basado en el comercio internacional. India.

La Dirección de Inteligencia de Ingresos de India (DRI, por sus siglas en inglés) recibió información privilegiada sobre las actividades ilícitas desarrolladas por una persona “X” que se dedica a la fabricación ilícita de fentanilo HCl para ser vendido a ciudadanos extranjeros. El fentanilo se fabricaba en un laboratorio dirigido ilegalmente por una persona “Y” en Indore (India). Un ciudadano extranjero visita Indore y “X” y “Y” mantienen una reunión con el cómplice extranjero (un ciudadano de México) relacionado con el suministro/contrabando de una gran parte de fentanilo HCL interesado en importar la sustancia estupefaciente.

El fentanilo fabricado es exportado a México para ser comercializado ilícitamente en Estados Unidos. El dinero se transfiere desde México a la cuenta bancaria de la empresa de “X” del productor del fentanilo en Hong Kong (China). Para poder canalizar el dinero producto de la venta del fentanilo a los productores y blanquear al mismo tiempo los fondos canalizados por el comprador en México establecen la siguiente estructura blanqueadora de comercio exterior:

El fabricante del fentanilo, “X” se puso en contacto con varios exportadores de China que tenían experiencia en la importación lícita de mercancías de otros países asiáticos y que eran infravaloradas para evitar pagar impuestos en su país de destino (India)  y abonaban por canales lícitos el valor de las mercancías falsamente devaluadas y el resto se transfería a través de bancos en Hong Kong (China). De esta forma el importe diferencial de esas mercancías que se correspondía con los ingresos ilícitos del pago de la sustancia estupefaciente se correspondía por la diferencia entre el valor real de las mercancías y el valor infravalorado de las mercancías declarado en aduana al exportador desde su cuenta bancaria. De esta forma se blanqueaba el pago de la comercialización de la droga procedente de India importada en México y exportada por los traficantes de la India.

En este gráfico se observa todo el ciclo seguido para poder encubrir el pago de la sustancia estupefaciente a través del entramado societario importador-exportador interpuesto en China.

GAFI

[1] Eurojust (2021) “Eurojust Reporting on Drug Trafficking” https://www.eurojust.europa.eu/publication/eurojust-report-drug-trafficking#:~:text=Drug%20trafficking%20remains%20a%20highly,and%20other%20indirectly%20affected%20areas.(disponible en inglés)

[2] Ver US Center for Disease Control and Prevention (2022) “Understanding the Drug

Overdose Epidemic”; Canada (2022) “Opioid- and Stimulant-related Harms in Canada” https://health-infobase.canada.ca/substance-related-harms/opioids-stimulants/

y EMCDDA (2022) “Drug Overdose Deaths in Europe” (disponibles en inglés).

[3] GAFI(2022) “FATF and INTERPOL intensify global asset recovery,”https://www.fatf-gafi.org/en/publications/Methodsandtrends/FATF-INTERPOL-intensify-global-asset-recovery.html

(disponible en inglés).

[4] El tapentadol, un analgésico opioide sintético no catalogado similar al tramadol JIFE (2021)

[5] United States DEA (2020), Annual Drug Threat Assessment, p. 10

[6] En algunos esquemas de transferencias espejo, la red criminal es la que recauda los ingresos en efectivo. Posteriormente, dicho grupo contrata a una red profesional de blanqueo de dinero para que lave los ingresos en efectivo. Vende su gran suma de dinero en efectivo a esta PMLN y posteriormente organiza la transferencia de una cantidad equivalente de valor desde una fuente distinta  (normalmente en otro país) a alguien autorizado para recibir los fondos en nombre del grupo criminal. Este proceso permite a las ganancias ingresar al sistema financiero sin que puedan considerarse sospechosas.

[7]  Incluyendo a los GDOs mexicanos del Cártel de Sinaloa y el CJNG. DEA Drug Threat

Assessment https://www.dea.gov/sites/default/files/2021-02/DIR-008-21%202020%20National%20Drug%20Threat%20Assessment_WEB.pdf